El diseño interior se basa en tres principios: el espacio disponible, los objetos a incluir en el conjunto decorativo y las necesidades propias de la vivienda. Junto a esto, otras claves del diseño interior son la luminosidad, los colores seleccionados y la integración adecuada de los elementos decorativos. A partir de ahí se puede hablar de distintos estilos decorativos, que resumimos a continuación.
Estilo clásico
Se caracteriza por el buen gusto, con maderas nobles y muebles tradicionales bien trabajados, piezas atemporales que se adaptan a todo tipo de ambientes y que destacan por su belleza y funcionalidad.
Estilo rústico
Esta tendencia responde a la idea de decorar los interiores como casas rurales o de pueblo. No faltan elementos de mimbre y de forja, con poco tratamiento de los mismos y muchos objetos decorativos artesanales.
Estilo colonial
Propio de los espacios colonizados por las grandes potencias europeas del siglo XIX. Aparecen aquí maderas como la caoba, el iroko o la teca, pero el elemento más característico son las aplicaciones de metal en esquinas y laterales de baúles, cómodas o estanterías.
Estilo minimalista
Esta fórmula ha ganado popularidad en los últimos años. Las claves del diseño interior en este estilo es reducir al máximo los elementos que no sean funcionales, apostar por el menos es más para ganar en sobriedad y serenidad. Con tonos claros y sin artificios.
Estilo oriental
La decoración de interiores estilo oriental responde a muchas versiones, pero la más popular es el estilo Zen, que es sinónimo de tranquilidad y armonía. La cultura Zen aboga por conseguir que las viviendas sean espacios serenos, muy armónicos y bien distribuidos, con zonas espaciosas y abiertas, pero también estancias íntimas recogidas. Aquí los elementos naturales juegan un papel vital.
Estilo loft
Esta tendencia parte de la post industrialización en los años 70, en Norte américa. La apuesta es conservar elementos estructurales (tabiques, conductos, vigas), tanto de madera como de hierro, y completar la decoración con luz natural, mobiliario de líneas rectas y acabados en ladrillo, hierro, piedra o acero inoxidable.
Estilo Pop
Si el loft nace en los 70, el estilo pop también surge en la segunda mitad del siglo XX. Aquí las principales características son la apuesta por el color, la alegría y el desenfado. Colores vivos, muy estridentes, con muebles ergonómicos y elementos que procedan del cine, los cómics o la publicidad.
Estilo Kitsch
La decoración Kitsch es fusión de elementos, exagera las tendencias pop y urbanas, hace también referencia a lo estridente, e incluso al mal gusto. No faltan en este tipo de decoración los objetos de plástico y los colores muy chillones.
Estilo retro o vintage
Una tendencia que nació en Francia y cuya idea es recuperar artículos clásicos de la segunda mitad del siglo XX. Con vajillas antiguas, superficies de madera desgastadas, elementos de cobre con un tono ya verdoso. En definitiva, combinar la elegancia actual con la nostalgia de la antigüedad pero sin renunciar a la funcionalidad.
Estilo étnico
De Francia viajamos hasta África, o la Polinesia. El estilo étnico se fundamenta en introducir objetos tradicionales de otras culturas. Muebles exóticos de tierras lejanas, la utilización de caoba y teca maciza, cestas de mimbre, cajas de arena, telas naturales… y fusionar todo esto con distintas culturas muy alejadas entre sí.
Estilo escandinavo
Escandinavo o nórdico, son sinónimos. Es muy similar al minimalismo, por su funcionalidad y simplicidad, pero es muy elegante. Su apuesta principal son las líneas rectas y simples, con uso de elementos naturales como el cuero, la madera y el cáñamo. La naturaleza también está presente en esta propuesta.
Estilo navy
La ornamentación de estilo náutico presenta como claves del diseño interior la inclusión de tonos azules que recuerden al mar, pero con destellos de otros colores como el blanco nítido, los destellos de rojo que recuerdan a los corales o los verdes marinos. No faltan aquí los estampados.
Estilo ecléctico
Una última posibilidad, de las muchas que hay, es el estilo ecléctico, que consiste en la mezcla de tendencias pero siempre buscando el equilibrio, la armonía. Se pueden combinar piezas vanguardistas con antigüedades, lo oriental con lo occidental o materiales que aparentemente no liguen entre sí. El objetivo es encontrar la armonía y el sentido de la estética.