Los suelos laminados son conocidos popularmente como tarimas flotantes. Se trata de un tipo de pavimento que ha ganado mucha fama por su calidez, confort y buena calidad. Están elaborados a partir de derivados de la madera y resinas de melanina. En su instalación no requieren ser acuchillados ni barnizados, pero necesitan un buen mantenimiento. Justo de eso hablamos hoy, de limpiar y mantener suelos laminados.
Limpiar los suelos laminados de manera diaria
Todos los días hay que limpiar las tarimas flotantes, aunque sea de manera superficial. Cuando toca retirar manchas más incrustadas hay que hacer uso de un limpiador más potente, pero no uses mucha cantidad, basta con verter un tapón de cuatro litros de agua. El proceso de limpiado es siempre con una fregona limpia y bien escurrida, y dejando que seque sin aclarar.
Las manchas más pequeñas se pueden retirar con un limpiador exprés para suelos laminados. En ese caso se pulveriza un poco sobre una bayeta o una mopa y se pasa por la zona concreta a limpiar.
Un tercer paso para limpiar y mantener suelos laminados es usar un abrillantador. Basta con usar un poco de limpiador abrillantador en un cubo con agua y extender por el suelo con la fregona escurrida, nuevamente dejando secar sin aclarar.
Las tarimas flotantes o suelos laminados son pavimentos compuestos por resinas artificiales que incluyen fibras de madera. Esto obliga a un proceso de limpieza y mantenimiento con poca humedad, para no dañar en exceso el laminado.
Los productos citados: el limpiador, el limpiador exprés y el abrillantador, pueden usarse de manera completa cada día o bien ir economizando el consumo. El objetivo es que los suelos laminados permanezcan siempre en perfecto estado. Esto obliga a tratar bien la superficie y mantener un cierto cuidado con su ocupación: humedad, manchas, productos abrasivos e impacto sobre el pavimento.