Mejorar el aislamiento térmico en tu vivienda es el pasaporte a reducir el consumo energético en la misma y que esto se traduzca en mayor eficiencia, ahorro económico y un comportamiento más racional. Te proponemos algunas fórmulas para conseguir este propósito.
Aislamiento térmico a través de inyección
Esta es la vía más cómoda y rápida. Consiste en introducir inyecciones de aislamiento térmico desde el exterior al interior mediante una manguera. No es necesaria una gran obra, solo unas pequeñas perforaciones para introducir ese aislamiento en cámaras. El material más utilizado es la fibra de celulosa, que es más barato, fácil de tratar y ecológico que el poliuretano.
Trasdosados, el aislamiento térmico interior
Para introducir este sistema que ayuda a mejorar el aislamiento térmico sí hay que hacer obras, así que solo es aconsejable en caso de reformas integrales. Los trasdosados se componen de paneles aislantes (celulosa, corcho, lana de roca…) que se adosan a la fachada y se recubren con pladur, madera o ladrillos para ocultarlos.
Esta fórmula se puede ejecutar demoliendo la parte interior de la fachada y rehaciéndola con aislamiento térmico, o bien trasdosando la hoja interior con la instalación del aislamiento, perdiendo así un poco de espacio habitable.
SATE, Aislamiento Térmico Exterior
La complejidad de este sistema es que hay que realizarlo por la parte exterior del edificio, de modo que no será posible en inmuebles que estén protegidos. Es muy sencilla su instalación, pues consiste únicamente en incorporar paneles aislantes en la superficie exterior y recubrirlo con acabados monocapa, aplacados de piedra u otras opciones. Una ventaja interesante del SATE es que elimina la práctica totalidad de puentes térmicos.
Aislar techos y suelos
¿Es posible mejorar el aislamiento térmico sin tratar las paredes? Sí, haciendo lo propio en techos y suelos. Para el techo es fácil acudir a falsos techos o bien reforzando el aislamiento de la cubierta, siempre bajo recomendación técnica. En el suelo se puede hacer lo propio, pero es importante que todo este trabajo no se vea limitado por puntos críticos: terrazas, ventanas mal instaladas, zonas de escape de la temperatura, etc.
Los trasdosados directos
La última propuesta para mejorar el aislamiento térmico es acudir a los trasdosados directos, que se basan en unir directamente la cara interior de la vivienda a un panel aislante que ya incluya un acabado estético tipo pintura, yeso o alicatado. En estos casos, los materiales más habituales son los paneles de corcho o los elaborados a partir de fibras de madera.
Su capacidad aislante es menor, pero es una opción barata, fácil de poner en marcha y que no requiere grandes procesos de reformas.