El microcemento se ha popularizado como uno de los materiales más exitosos para revestimientos. Recibe ese nombre porque integra en un mismo material cemento con aditivos como pigmentos y resinas. Uno de los aspectos más destacables es que para su aplicación solo se necesita añadir agua al polvo una vez se esparce la superficie a cubrir con la mano.
Esta es una de las ventajas del microcemento, que el proceso de aplicación es rápido y muy simple. Es una alternativa económica a otros materiales con una relación calidad – precio muy competitiva.
A su vez, este material se puede instalar sobre cualquier otro revestimiento, es muy adherente sobre granito, azulejos o madera. Además, está disponible es múltiples colores y con numerosos acabados. Algunos fabricantes ofrecen formatos con apariencia a mármol o a madera.
La durabilidad es otro de los aspectos a destacar. El revestimiento con microcemento resiste muy bien los golpes y los cambios de temperatura. El mantenimiento también es escaso, no requiere pulido, nos e desgasta ni tampoco se decolora.
¿Dónde usar microcemento?
La última de las ventajas del microcemento es su versatilidad. El material puede ser instalado en cocinas, baños y superficies exteriores. En el primer caso, su interés es alto porque resiste bien al calor y aguanta golpes y arañazos. Por otra parte, en la zona del salpicadero, junto al fregadero, genera un espacio fácil de limpiar.
En el baño resulta muy útil por su capacidad impermeable. Por ello, una práctica muy extendida es construir la bañera con este material, ya que se pueden obtener formas curvas de manera sencilla.
Por último, en zonas exteriores se consolida como una apuesta firme el microcemento por su resistencia, que lo hace más duradero frente a las inclemencias meteorológicas. No obstante, a esto hay que sumar una tendencia muy novedosa, la de recubrir con este material muebles como sillas, estantes, mesas o bancos, para que ganen en fortaleza.